Choque de titanes: 50 películas fundamentales sobre la Guerra Fría

No voy a descubrirle a nadie que, a día de hoy, Antonio José Navarro es uno de los historiadores cinematográficos más interesantes del panorama nacional. No hay más que echarle un ojo a su anterior El imperio del miedo: El cine de horror norteamericano post 11-S o sencillamente, a su trabajo en Dirigido Por, para darse cuenta de que hay pocos críticos en nuestro país capaces de trenzar con semejante facilidad –y sobre todo, con el despliegue referencial y reflexivo del que él hace gala– el análisis cinematográfico con el estudio del contexto sociopolítico y económico.

Lo interesante de Choque de titanes: 50 películas fundamentales sobre la Guerra Fría es que, en él, Navarro se enfrenta a un esquema de trabajo mucho más cerrado –como en toda la colección Filmografías Esenciales de la Editorial UOC, la estructura es fija: un artículo de introducción y una antología de 50 películas de extensión no muy larga– y logra extraerle un espléndido partido a base de pura contextualización. Es decir, consciente de que no tiene espacio para desarrollar en profundidad una teoría sobre el tratamiento cinematográfico de la Guerra Fría, lo que hace es desmenuzarla a lo largo de sus breves textos, dándole más importancia al marco político en el que habría que colocar a cada película que a temas de puesta en escena –lo que no significa, ojo, que los obvie: más bien al contrario–.

Frente a un tema tan complejo, tan lleno de aristas, era complicado equilibrar la selección de largometrajes, pero Navarro lo logra incluyendo, más allá de películas propagandísticas de ambos bandos, también apuestas comerciales como Rambo: Acorralado Parte II (Rambo: First Blood Part II; George Pan Cosmatos, 1985) y documentales (más o menos) comprometidos con la causa como Hearts and Minds (Peter Davis, 1974). El libro empieza por Las extraordinarias aventuras de Mr. West en el país de los bolcheviques (Neobychainye Priklyucheniya Mistera Vesta V Strange Boksgevikov; Lev Kuleshov, 1924) y acaba con El puente de los espías (Bridge of Spies; Steven Spielberg, 2015), y durante el camino nos permite apreciar, a través del propio cine, la evolución del enfrentamiento USA/URSS a lo largo de las décadas.

Lo cierto es que Choque de titanes, precisamente por la estructura característica de la colección, se lee en un suspiro. La división en críticas más o menos breves lo hace ideal para leerlo a ratos, de forma fragmentaria, y de hecho invita a no hacerlo de forma cronológica, sino a ir saltando por las películas que a uno inicialmente le llamen más la atención para, luego, echarle un vistazo al resto… La cuestión es que, incluso al abordar los largometrajes menos interesantes, Navarro logra darles un enfoque lo bastante sugerente como para invitar a la lectura.

Siempre es buena noticia que Antonio José Navarro publique, pero si además puede abordar un tema de calado sociopolítico como el de la Guerra Fría, los lectores salimos beneficiados porque puede sacarle mucho más partido a sus capacidades analíticas y reflexivas. Desde luego, Choque de titanes es una estupenda incorporación al catálogo de la Editorial UOC.

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